Te muestras ante el mundo como un guerrero protegido por una armadura que tu mismo te has forjado tras muchos golpes de la vida, más no puedes ocultar que tras ese muro de hierro en el que te proteges late un frágil corazón rebosante de amor y de entrega.
Cada vez que te veo pienso que eres un ángel caído en la tierra. Por eso sólo quiero que consigas las fuerza suficiente para volver a volar sin derramar más lágrimas.
Te conocí sin saber que poco a poco marcarías mi vida para siempre y que crecería como persona a tu lado.
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2 comentarios:
Que decir...
Pues que me quedan unos años más en este planeta mientras mis alas se curan...
Mil besitos
todas quisiéramos encontrarnos un ángel.
dejo suaves caricias
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